El club de los que se quejan

El club de la queja

¿Alguna vez has pertenecido al club de los que se quejan?

Yo sí, alguna vez lo he hecho, muchas veces. Y no sólo hablo de quejarse en voz alta con cada uno de los que se me cruzan, aunque eso lo vi, y lo veo muchas veces y lo hice otras tantas. Hablo de algo aún peor, y más lamentable, que es: quejarse sólo. Me da risa mientras lo escribo y me pregunto: ¿Habrá algo más inefectivo que eso?

La verdad, lo dudo. Porque al menos si me quejo con otro quizás tengo la buena fortuna de que el otro en cuestión me acerca un buen consejo que me saque de mi espacio de limitación.

Pero ahora y retomando el tema seriamente quiero proponerte que reflexionemos juntos sobre las quejas. Ya sea que me queje para mis adentros o que me queje con otros, en cualquier circunstancia y por la causa que fuere, quejarme nunca me trae buen rédito, nunca me suma. Al menos yo no lo he visto.

Quejarte de por sí genera una energía negativa en tí y hace que estés poniendo tu energía en algo en lo que no te trae ningún beneficio.

Muchas veces veo a la gente quejarse y reflexiono sobre la impresión que me da: parece que sólo se quejan para descargarse. Como si fuera una forma de sacarse el malestar para seguir luego soportando lo mismo.

Sin la más mínima intención de cambiar eso que les molesta. Listo, me descargué, el otro o los otros me escucharon. En el mejor de los casos, me sentí comprendida, (pobre de mi!!), y ahora estoy lista para volver al círculo de mal-estar de nuevo. No creo que sea una buena opción ¿tú que crees? …

Te voy a decir algo que siempre le digo a los alumnos, pero antes te voy a pedir que hagas un pequeño ejercicio de un minuto: Te pido que mires esta foto que te copio:

¿La estás mirando? … Ahora te pido que la vuelvas a mirar, y veas a la mujer anciana. ¿La has visto? … Ahora te pido que la vuelvas a mirar, y veas a la mujer joven. ¿Lograste verla? …

¿Si? Perfecto. Ahora te voy a pedir algo más: quiero que mires la imagen y veas a la vez a ambas a la mujer anciana y a la joven. ¿Lo estás haciendo? Recuerda, necesito que veas a los dos juntos a la vez … ¿No puedes? … ¿No?!

No puedes, ok. A eso quería llegar no puedes hacer las dos cosas al mismo tiempo, ¿Verdad? Eso mismo pasa en cada espacio y en cada momento de nuestra vida. Si te estás quejando, no estás trabajando para los resultados que te importan, no está dando tu 100 %, no estás eligiendo lo mejor que puedes elegir.

Y créeme que no importa lo que el otro te haya hecho. Nunca tu mejor opción es la queja.

Couple tugging on Christmas cracker

Si quieres seguir eligiendo efectividad y bien-estar en tu vida, te propongo cambiarlos por el pedido y el reclamo hecho ante quien corresponda y del mejor modo en que puedas hacerlo. Sin juicios de valor.

Te propongo cambiarlos por un pedido o un reclamo efectivo, que tiendan a solucionar lo que te pasa, en lugar de la queja que lo único que hace es mantenerte centrado en lo negativo, pero sin buscar con efectividad la solución.

Si no puedes reclamar o hacer un pedido, quizás una buena opción es que lo olvides. Y que recuerdes que mientras le das el tiempo a tus pensamientos, a ti mismo y a tu energía para centrarte en eso que te molesta, no te das el tiempo para hacer y crear.

Cuando avancemos en el trabajo personal, podemos ir más allá, podremos llegar a un lugar de aceptación muy distinto, muy lejano a todo esto de lo que estamos hablando.

La próxima vez que vayas a quejarte con otro o para tus adentros espero que antes puedas pensar en esto y digas:

“Yo ya me di de baja de ese club “

Un abrazo. Mil gracias por leerme.

Cristina.